Historia del miso
El miso (del japonés 味噌, miso, ‘fuente del sabor’, a su vez procedente de mi ‘sabor o condimento’, y so ‘fuente’) es un condimento consistente en una pasta aromatizante, hecha con semillas de soja y/o cereales y sal marina fermentada con el hongo koji. Durante siglos fue considerado un alimento curativo en China y Japón. El kome miso era el preferido por la familia imperial japonesa y los samuráis, por tener un sabor más refinado e incluso un poco dulce. Su consumo empezó a popularizarse hace tan sólo unos 100 años.
¿Porque interesa tomar miso?
El miso, siempre que sea natural y no pasteurizado, contiene enzimas y bacterias que ayudan a la digestión, y suministra carbohidratos, lípidos, vitaminas, minerales y proteínas.
El miso sin pasteurizar es un autentico probiotico, puede recuperar la flora intestinal que haya sido deteriorada por dietas de alto contenido en comida procesada, carne de baja calidad, azúcar, productos químicos y antibióticos.
Los ingredientes de base para producir miso pueden ser una mezcla de granos de soja, cebada, arroz, alforfón, mijo, centeno, trigo, semillas de cáñamo, etc. Estos ingredientes se fermentan inoculando un cultivo o fermento fúngico y se incuba durante 72 horas.
Si no sabes como utilizar el miso también ver mi receta Paté de Atún Crudivegano.
Ingredientes para 2 Personas:
- Caldo Vegetal
- Una verdura de temporada a elegir: coliflor, brocoli, calabaza cortada en cubitos pequeños, asparragos cortados en trozitos pequeños (lo que haya en casa!)
- Cebolla tierna o puerro
- Apio
- Alga Kombu
- Sesamo Tostado
- Miso